Cantuña y el Atrio de San Francisco
Leyenda
Cantuña y el Atrio de San Francisco
En la época de la Colonia existió un indio llamado Cantuña. Él era un buen trabajador de la construcción y por esto fue contratado para hacer el monumental Atrio de San Francisco, pero por más que quiso entregar la obra a tiempo, esta era muy grande y el indio incumplió el trato.
Desesperado y con la amenaza de ser apresado, esa noche fue a ver la obra. Por entre los materiales de construcción apareció un hombre extraño, nada confiable, pero extremadamente amable. El hombre se acercó y directamente le dijo que era Luzbel y que quería su alma a cambio de terminar el trabajo.

Enseguida miles de diablillos comenzaron a trabajar, el tiempo avanzaba y Cantuña rezaba y rezaba, llegó el toque del Ave María y el diablo triunfante se acercó para llevarse su alma, el hombre desesperado revisaba la obra y ¡oh!, ¡faltaba una piedra!.
Justo al rayar el alba, Cantuña se salvó y esa piedra, hasta el día de hoy, dicen que falta en el Atrio de San Francisco.o.
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